De lo que recuerdo haber soñado I

Qué maravilla el arte onírico. Todo lo que la mente transforma, deforma, compila y ejecuta al soñar. Imágenes del pasado, del presente, lo que leímos por ahí, aquello que vimos en una película, lo que nos genera miedo, alegría, excitación o enojo. Todo en una gran licuadora de conexiones sinápticas.
Todo esto para decir que, últimamente sueño un montón y le busco a veces explicación, y otras no, simplemente lo disfruto o padezco.
Decía que, ultimamente sueño un montón y suelen ser pesadillas, o por lo menos, lo que suelo recordar son cosas que de algún modo me perturbaron, me incomodaron o generaron incógnita de algún tipo.
Los sueños, o pesadillas más bien, suelen incluir asuntos a resolver, escapes, cosas de ciencia ficción que tienen un aire a Black Mirror (aprovecho a recomendar que si aún no la vieron, véanla!)

Anoche soñé que estaba en una ciudad en donde tenía que ir refugiándome de las autoridades e incluso, de sus habitantes.
Entraba en sus casas, que eran departamentos dentro de un hotel o algo así, porque sólo tenían habitación y baño y a lo sumo un pequeño recibidor.
Buscaba maneras de escapar, algún indicio que me sirviera para encontrar una salida exitosa. Escapaba por ventanas, por balcones, me escondía en bañeras y detrás de arbustos.
No sé si eran robots o personas. O personas robot. Sólo sabía que tenía que escapar.